Son esos colores planetarios, los rojos de óxido de hierro de Marte, los amarillos sin sentido aparente de Saturno, todo ello en una eyaculación semimortal en la que todo va a hipotálamo, y la dignidad no existe como concepto social.
Quisiese transmitirte ese equilibrio universal, las leyes que de ello emergen a través de un acción reacción rítmico, de la inercia del momento, de esas casualidades que hacen erizarse el pelo, esos movimientos sincronizados, humanos.
Quiero que los impulsos nerviosos se transmitan de piel a piel, no por otro medio, que se canalicen por la espina vertebral rompiendo el hueso y se manifiesten cómo imágenes, olores, vibraciones de lo que yo quiero de ti, de esa persona que cada vez va siendo más mía y yo siempre perdido.
El desvanecimiento de la dialéctica, hablamos de cuerpo y este no entiende de negaciones, solo del tacto continuo de tu mano sobre mi espalda y el dolor de tus uñas al rasgar la carne, todo esto en mi hipocampo, yo solo quiero ser hipotálamo, otra menos, tálamo.
Siempre quiero ir por debajo de ti, para que no veas cómo recolecto esas gotitas de sudor que te caen ante mis embestidas, y yo quiero ir por debajo de ti, pero solo puedo mirarte a los ojos desde arriba. Y ya no hay estructura cerebral que me permita procesar el placer, ese cosmos que quiero para ti.
Bocanadas de aire pulmonar nuevamente penetrando por mi garganta, y no solo eso, también tu virtud salada, y quién dijese de que ella, vida.
No se ha de pensar en pretérito cuando los músculos exhaustos de empujar, de contraerse, de ser, porque su misma función los hace ser, aunque ya están exhaustos. Las selvas de pelo que surgen de zonas que muchos señalan de amorales, pero, cómo algo que actúa por principios naturales puede ser amoral. amoral es no dejar fluir el líquido tibio por los conductos que lo proyectan, tal energía, a la conformación celeste más estrambótica muchos mundos atrás.
Como las gotas de mercurio, tan bellas, aunque estas otras menos esféricas, solo me queda mirar lo que he hecho, siempre queriendo y tu consintiendo. La belleza de lo efímero solo es para unos pocos.
Pese a lo quizá erótico y metafórico, pese a lo carnal y superficial, pese a palabras que son secretos en voces silenciosas, me encanta.
ResponderEliminarEste texto sí que me ha encandilado. Tienes una seguidora nueva.